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El aire acondicionado y el cine: una historia de amor

El aire acondicionado y el cine: una historia de amor

Publicado : 14/02/2020 - Categorías : General

Viajamos al pasado, concretamente a los años 20 y a Estados Unidos. El aire acondicionado no era un producto al alcance de la mano, ya que su descubrimiento se remonta a principios del siglo XX y su implementación fue, en primera instancia, para espacios muy grandes. Ejemplo de ello fueron grandes almacenes, fábricas, aeropuertos e incluso hoteles.

Aunque Carrier trató de crear aparatos para viviendas en la década de 1920, estos quedaron en exclusividad para los que podían pagar por ellos; su coste era muy elevado. La llegada de la Gran Depresión o las guerras a nivel mundial modificaron también parte de las aspiraciones de Carrier. Aún y así, el aire acondicionado llegó al cine en 1935. Y, en esencia, le salvó la vida.

 

¿Quién inventó el aire acondicionado?

Willis Carrier

Willis Haviland Carrier nació un 26 de noviembre de 1876 en New York. Pocos imaginaron en ese momento que este futuro ingeniero sería capaz de fomentar las bases de la climatización. Tampoco que, llegado el momento, sería capaz de relanzar una industria tan potente como la cinematográfica. Pero vayamos por partes.

Carrier fue, fundamentalmente, un inventor. Aplicado en sus estudios de matemáticas, Carrier dedicó gran parte de su tiempo a tratar de crear productos novedosos que pudieran mejorar la vida de las personas. En todo caso, de solucionar problemas concretos. Así nació el aire acondicionado, sin ir más lejos. Carrier se topó con un litógrafo, Sackett & Wilhelms de Brooklyn, que tenía graves problemas con la impresión en papel debido a la humedad.

Sistema refrigeración 1902

Desarrolló, en primera instancia, un aparato capaz de contrarrestar la humedad. Sin saberlo había creado el primer aparato de climatización de la historia. Eso fue en 1902, a inicios de siglo, y sirvió para sentar las bases del desarrollo de los aires acondicionados y la climatización.

Poco tiempo pasaría para que los clientes se amontonaran, ya que eran muchos los empresarios interesados en sus soluciones. Las industrias de textil fueron las primeras en acercarse a Carrier, como también hicieron muchas otras a nivel nacional e internacional. El aire acondicionado empezaba a tener forma y, sobretodo, una demanda espectacular.

El principal problema era el coste de los aparatos. En un inicio solo las grandes empresas podían hacer frente a un gasto como aquél. Carrier se daría cuenta de que el mercado estaba en los hogares, por lo que en 1920 apostó por aparatos más pequeños. Aún y así, el coste de los equipos seguía siendo demasiado elevado para las clases trabajadoras.

En 1922 Carrier desarrolló un aparato potente y capaz de copar grandes espacios, un aire acondicionado para satisfacer a gran escala. Este aparato fue la enfriadora centrífuga y tuvo bastante éxito en las empresas en las que se instaló. La mayoría relacionadas con el tabaco o fabricación. Y pocos años más tarde llegaría una oportunidad que Carrier no dejó escapar.

La industria del cine era muy popular, así como los propios cines. De hecho la gente acudía en masa durante el invierno o la primavera, aunque en verano las cosas cambiaban. La gente no quería ir al cine porque era sinónimo de meterse en un espacio cerrado y pasar mucha calor. En los teatros, a su vez, existía el mismo problema.

Carrier vio la oportunidad y introdujo su invento, la enfriadora centrífuga, en un cine de New York. También en algún teatro. Y fue un éxito sin precedentes, acompañado de una potente campaña publicitaria a nivel nacional. El aparato se instaló en cientos de cines de EEUU. Los cines, a su vez, no sólo dejaron de ser un lugar caluroso; se convirtieron en el lugar al que acudir para combatir las olas de calor. Un eslogan famoso colgaba de las paredes de los cines, dibujado con luces de neón: “Cooled by refrigeration”.

¿Aire acondicionado en el cine?

“Refrescado con refrigeración”

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Lo que hoy en día nos parece una obviedad, la climatización en el cine, no lo fue a principios de siglo con el descubrimiento del aire acondicionado. Tampoco con la llegada de pequeños aparatos para las viviendas, en 1920. Sería en 1925 y, concretamente, en el cine Rivoli de la ciudad de Nueva York.

Carrier había inventado un sistema de climatización de gran potencia llamado enfriadora centrífuga, capaz de satisfacer las necesidades en grandes espacios. Muy utilizada por fábricas y todo tipo de grandes empresas, no se pensó que pudiera ser de utilidad para el cine; por lo menos en primera instancia.

Aire acondicionado incentivo en el cine

El cine, en los años 20 y 30, gozó de mucho éxito. Las personas descubren grandes historias que les alejan de las ideas de la guerra y la visita al cine se vuelve una rutina para los americanos. Pero ese éxito estaba empañado por las épocas calurosas. Los cines eran espacios cerrados y allí se pasaba aún más calor que en casa.

Por lo tanto, la industria del cine sufría la llegada del verano, que era sinónimo de butacas vacías. Por lo general, se aplica a todos los negocios del país, que caerían con la subida de las temperaturas. Y de la misma manera que Carrier acabó desarrollando aparatos para negocios pequeños, lastrados por la climatización de centros comerciales, también ideó una solución para el cine. Esta fue una propuesta, también una prueba para comprobar si la enfriadora era capaz de satisfacer un espacio tan concurrido como el cine.

La prueba fue un éxito y más de 400 cines apostaron por invertir en el invento de Carrier, aglutinando largas colas y rentabilizando la inversión. El cartel, o panel de luz, con el texto que alertaba de la climatización del cine cobró vital importancia. Según se refleja en las imágenes históricas, incluso a un tamaño mayor que el del título de la propia película. El cine no dejó de ser el lugar en el que se contaban historias, pero pasó a ser también el lugar en el que refugiarse del calor.

Publicidad de aire acondicionado en el cine 1940

Hoy en día, si asistimos a un cine en verano, es posible que incluso notemos que hace frío. La explicación la tiene el propio invento de Carrier. Las salas de cine se climatizan en previsión de su capacidad y, si visitamos un cine en verano y se da el caso de que hay pocos visionados, podemos llegar a pasar frío. ¿Porqué? El cine no se puede permitir una sala llena y una climatización que está en proceso de enfriar una sala.

Esto también tiene una explicación histórica, y es que las primeras pruebas de Carrier determinaron que el cine no puede permitirse que los clientes accedan a las salas sin que estas estén bien climatizadas de antemano. Las primeras pruebas realizadas en NY en 1925 fueron la prueba de ello; la climatización se encendía cuando las personas entraban en la sala y empezaba a notarse cuando la película ya estaba a mitad de su visionado.

¿Cine en verano?

El cine en verano: la revolución

Antes de que Carrier, tal y como hiciera Henry Ford, entendiera que el gran negocio del aire acondicionado estaba en todas las viviendas y en un coste razonable para las personas que las habitan, el cine tomó un papel fundamental.

En los Estados Unidos de la década de los 20 las personas no disponían de climatización. En todo caso, las que tenían la suerte de trabajar en empresas que hacían las fuertes inversiones, podían conocer sus virtudes. En este contexto el cine fue el primer espacio al que se podía acceder, mediante la compra del ticket, y disfrutar de aire acondicionado.

¿Qué hubiera sido del cine sin la climatización?

Repercusión

Estados Unidos, un país caluroso en el que las altas temperaturas aprietan con fuerza en su zona del Sur, gozaba en esa época con un sector en auge; el cine. Este, según los propios dirigentes, fallecería. Debía ser así, ya que las épocas más calurosas no contaban con clientes y la caja efectuada en las otras épocas del año no era capaz de compensar los números.

Carrier y su  sistema de regrigeracion 1950

Es por todo ello que la llegada de la climatización no solo salvó al cine, sino que le dotó de capacidad para tener más demanda que nunca. Carrier es recordado como el inventor del aire acondicionado, el personaje histórico que da nombre a uno de los principales fabricantes a nivel mundial, pero también como el hombre que salvó a la industria del cine.

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